El senador David Rivas ha revelado ser víctima de extorsión relacionada con un video íntimo que ha comenzado a circular en las redes sociales. Según sus declaraciones, hace aproximadamente dos meses recibió una amenaza en la cual le exigían 10 millones de guaraníes a cambio de no publicar el material comprometedor.
Rivas, quien se encuentra en el ojo público debido a su posición política, afirmó que el video en cuestión fue enviado por su primo. Este material, grabado en su hogar, incluye escenas de Rivas y su esposa en un momento privado. El senador explicó que la única persona que tenía acceso a las grabaciones era su esposa, quien usaba un celular para monitorear las cámaras de seguridad instaladas en su casa.
La grabación, que data de la época de su campaña electoral en 2022, ha sido descrita por Rivas como una violación a su privacidad. El senador expresó su preocupación por cómo se filtró el video, sugiriendo que podría haber sido a través de un hackeo o por la intervención de empleados de la empresa que instaló el sistema de cámaras de seguridad.
Rivas destacó que la decisión de instalar cámaras en su hogar fue tomada por motivos de seguridad, dada la presencia de sus dos hijos, de 13 y 9 años. En este sentido, la situación se vuelve aún más delicada, ya que no solo se trata de su imagen pública, sino también de la seguridad y bienestar de su familia.
«Lastimosamente, personas inescrupulosas están viralizando esto», lamentó el senador, quien se mostró decidido a enfrentar la situación y a revelar la identidad de sus extorsionadores.

El escándalo ha generado una ola de reacciones en la opinión pública y en el ámbito político. La extorsión a figuras públicas plantea cuestionamientos sobre la seguridad de la información personal y la protección de la privacidad en la era digital.
Rivas ha reiterado su compromiso de tomar acciones legales contra quienes intenten perjudicarlo y ha llamado a la reflexión sobre la ética en el uso de material privado sin consentimiento.
Este caso no solo afecta la imagen del senador, sino que también pone de manifiesto los riesgos que enfrentan los políticos y sus familias en un entorno donde la tecnología puede ser utilizada como arma de extorsión. La sociedad espera una respuesta contundente de las autoridades para frenar este tipo de delitos y proteger a las víctimas de extorsión.