Opinión – Karito Pusitanelle
Psicóloga social
A lo largo de mi experiencia personal y profesional, me fui dando cuenta de lo importante que es construir vínculos sanos para nuestro bienestar emocional y mental.
Los vínculos sanos no solo nos ayudan a sentirnos mejor, sino que también nos permiten crecer como personas, entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás. Todo esto se basa en una serie de valores como la empatía, el respeto mutuo, la honestidad y sobre todo el amor propio.
Cuando nos referimos a vínculos sanos, no podemos dejar de mencionar la importancia de la escuchar desde el corazón. Escuchar de verdad no se trata de orí lo que dice la otra persona, sino de prestarle atención de manera profunda, sin distraernos, con la intención verdadera de comprender. En este también el contacto visual y una simple sonrisa puede hacer una gran diferencia. Estos gestos nos conectan con el otro a un nivel más humano y trasmiten que estamos presentes, que nos importa lo que nos está diciendo. Resalto también lo importante que es evitar no interrumpir, ya que en la interrupción se rompe la magia de la escucha activa y la otra persona puede sentir que lo que tiene para decir no es tan importante.
También tener un comportamiento positivo las relaciones se nutren no sólo de la capacidad de resolver conflictos o hablar de temas difíciles, sino también de poder compartir y celebrar lo positivo. Dar un feedback constructivo cuando haga falta y sobre todo aprender a elogiar cuando algo está bien hecho o cuando vemos cualidades admirables en la otra persona
El elogio sincero tiene el poder enorme, ayuda a fortalecer la autoestima del otro y Al mismo tiempo generar una unión de cercanía y reconocimiento mutuo. Es determinante el elogio en una sociedad en al que vivimos donde no estamos acostumbrados a dar ni a recibir elogios, nos cuesta reconocer lo bueno en nosotros mismos y en los demás. Es fundamental aprender a recibir y expresar. Decirle a alguien que valoramos su esfuerzo o que admiramos su capacidad para resolver un problema es un gesto simple, pero que tiene un gran impacto en la construcción de un vínculo sano.
Por otro lado, es importante hablar de lo que significa estar en silencio. Muchas veces estamos en un remolino interno que no nos deja percibir al otro, estar en silencio con nosotros mismo es encontrar la calma que necesitamos y nos permite reflexionar revisar lo que estamos sintiendo y pensar antes de actuar o hablar
El silencio y la introspección nos aporta a conectar con nosotros mismos y al hacerlo podemos estar más presentes en nuestros vínculos con los demás. Solo cuando aprendemos a estar bien con nosotros mismos podemos ofrecer lo mejor de nosotros a los demás.
Construir vínculos saludables nos levantamos tiempo. No es algo que se logre de un día para otro, pero es un proceso que vale la pena. Requiere esfuerzo paciencia y sobre todo compromiso. Un vínculo sano se basa en saber que podemos ser nosotros mismos sin miedo a ser juzgados o rechazados. Es un espacio donde podemos crecer, apoyarnos y acompañarnos mutuamente.
Los invito a reflexionar sobre la calidad de sus vínculos ¿Cuántas veces nos tomamos el tiempo de escuchar de verdad ¿Cuántas veces ofrecemos una palabra de aliento o un elogio sincero? ¿Qué tanto estamos presentes en nuestras relaciones? Estas preguntas nos pueden ayudar a evaluar donde podemos mejorar y cómo podemos fortalecer nuestras relaciones con los demás.
Los vínculos que creamos sin una parte importante de nuestra vida. Crear relaciones sanas no sólo mejora nuestro bienestar emocional, sino que también nos ayuda a crecer como persona. Estamos acá para aprender y crecer juntos y los vínculos que creamos son parte de ese proceso.

Psicóloga social