Estuvo en la Villa Baja de Encarnación y fue propiedad de Don Jorge Bolf.
Fue él, quien tuvo la visión y tomó la iniciativa de dotar a Encarnación de un moderno equipamiento para el expendio de combustible, siguiendo las estrictas normativas de la empresa petrolera estadounidense Standard Oil, con su marca ESSO, (la cual toma el nombre al utilizar la versión fonética en inglés de las iniciales S.O.).
Ubicada en una importante esquina de la Villa Baja de Encarnación, en la intersección de las calles J.L. Mallorquín e Iturbe.

La construcción se inició el 6 de diciembre de 1954, culminándose el 8 de Julio de 1955.
En aquella década de los años 50, la empresa transnacional ESSO y posteriormente la SHELL (1957), eran las únicas que se dedicaban a la provisión y distribución de combustibles en el mercado nacional.
En ese contexto, se dieron trazos de intenciones de potenciar la presencia de productos derivados de petróleo en el sur de Paraguay, a través de una empresa local, pues ya se percibía, que, en ese momento, el negocio de los hidrocarburos, experimentaba ya un despegue irreversible.
Don Jorge Bolf, quien desde comienzos de esa década comercializaba hidrocarburos en forma mayorista, aceptó el desafío.
A finales de la misma década, específicamente en 12 de diciembre de 1959, un hecho podría haber cambiado los acontecimientos, pues su estructura de depósitos para la venta mayorista, aledaño a la Estación de trenes. Fue objeto de un fallido atentado que, si tenía éxito, hubiera causado pérdidas de vidas humanas y una gran explosión con importantes daños materiales.
Sus instalaciones fueron bombardeadas desde una avioneta con bombas caseras (cócteles molotov), en un intento fallido de copamiento de la ciudad por parte de integrantes del grupo Guerrillero «14 de Mayo».
Los logros y el consumo de combustible fósil, se hicieron sentir a partir de la década del 60, década, que exhibe con claridad una suerte de despegue en el que afloran por sobre todo la agricultura mecanizada, la explotación forestal, la agroindustria, la ganadería y un crecimiento importante del parque automotor Encarnaceno.
Con la colaboración de sus hijos, Juan Miguel, Carlos Jorge y Olga María, sus actividades comerciales y productivas se fueron extendiendo a diversos rubros, pues eran propietarios de tierras en Carmen del Paraná, Coronel Bogado y Fram.

Algunos ejemplos notables de sus cualidades son:
La Instalación de una de las primeras plantas industriales para las operaciones Pos-cosecha del arroz, secado almacenaje, descascarado, limpieza, empaquetado y despachado en el Barrio San Blas de Encarnación (Actual Playa San José).
La fundación en 1972 de la Empresa Agrícola y Ganadera Bolf S.A. dedicada a la cría y engorde de ganado y al cultivo del arroz.
La extensión de la vía férrea hasta su planta industrial.
La instalación de los primeros Silos Metálicos en Itapúa (1972).
La obtención de las Licencias de importantes empresas comerciales internacionales como la Coca Cola, para lo cual crea «Refrescos del Paraná S.A.» donde la envasaban.
El lanzamiento al mercado nacional de la marca de arroz «Cardenal» producto insignia de la empresa, reconocido y apreciado en todo el país.
Cuando deciden tercerizar la empresa de expendio de combustibles, se hace cargo de la misma, un encarnaceno recordado por sus múltiples cualidades humanas, Don Agapito Ortiz, ampliando los servicios potenciando, además, el lavado, cambio de aceites y filtros.
Don Agapito, pasa por distintas épocas de auge y también de depresiones económicas de la ciudad, en esos tiempos dependiente del comercio fronterizo y la agricultura local.
En forma eficiente explotó la Estación de Servicios hasta su fallecimiento, luego siguieron sus descendientes, hasta el año 2010, cuando esta sólida estructura edilicia, que aún con el paso del tiempo, se encontraba en impecables condiciones, es demolida por la EBY para dar lugar a la nueva Encarnación.
#efeméridesencarnacenas
Fuente: #AndresMorel